Presentación de Jandro Castro nuevo entrenador del FC Cartagena

¿Es cierta la deuda del Cartagena: 7,6 millones de euros?

El Fútbol Club Cartagena atraviesa un momento delicado fuera de los terrenos de juego. Mientras el equipo lucha por cumplir con sus objetivos deportivos en la categoría de plata del fútbol español, la sombra de una deuda millonaria amenaza con empañar su progreso. La cifra que resuena en los despachos y preocupa a la afición es clara: 7,6 millones de euros. 
¿Es cierta?


Este número no es solo una cantidad abstracta en los libros contables; representa un desafío financiero de enorme magnitud para un club que ha sabido crecer en lo deportivo, pero que ahora enfrenta uno de sus mayores obstáculos en el ámbito económico.

La deuda, que se ha ido acumulando en los últimos años, está compuesta por diferentes conceptos: compromisos adquiridos por fichajes, deudas con entidades bancarias, obligaciones fiscales y pagos a proveedores. Aunque no es una situación exclusiva del Cartagena –muchos clubes del fútbol español viven bajo la presión de sus números rojos–, la magnitud del problema obliga a la directiva a tomar decisiones firmes y urgentes para garantizar la estabilidad de la institución.

El presidente del club, Paco Belmonte,

ha sido uno de los más vocales en afrontar esta realidad. Belmonte, quien ha sido clave en el crecimiento deportivo del equipo desde su llegada en 2015, no ha ocultado la situación, pero sí ha manifestado su intención de encauzar la situación con medidas que permitan sanear las cuentas sin poner en riesgo el futuro deportivo del equipo. En recientes declaraciones, el máximo mandatario del club afirmó que la deuda, aunque preocupante, está controlada y que el club está trabajando en un plan de pagos para saldar los compromisos a medio plazo.

Sin embargo, la situación no es sencilla. El Fútbol Club Cartagena, como muchos otros equipos en la categoría, depende en gran medida de los ingresos por derechos televisivos, patrocinadores y taquillas. La pandemia de COVID-19, con las restricciones de aforo y la incertidumbre económica generalizada, agravó la situación financiera de muchos clubes, y el Cartagena no fue la excepción. Los ingresos se redujeron considerablemente, mientras los gastos continuaban acumulándose, creando una situación de asfixia económica.

En el lado deportivo, la plantilla del Cartagena ha intentado mantenerse al margen de estos problemas financieros, enfocándose en conseguir los resultados que permitan al equipo consolidarse en LaLiga Hypermotion. No obstante, es inevitable que el entorno del club se vea afectado por esta tensión. Los rumores sobre posibles ajustes salariales y la necesidad de vender jugadores para generar ingresos empiezan a circular entre los aficionados y la prensa local.

La afición, siempre fiel al equipo albinegro, observa con preocupación pero también con esperanza. Los seguidores del Cartagena han visto a su equipo superar adversidades en el pasado y confían en que esta vez no sea diferente. En los foros y redes sociales, los mensajes de apoyo hacia la directiva y el equipo son constantes, pero también hay llamados a la prudencia y a la transparencia. Los hinchas saben que la situación no se resolverá de la noche a la mañana, pero esperan que el club actúe con responsabilidad para asegurar su supervivencia a largo plazo.

El fútbol, en su esencia, es un deporte en el que la pasión de los aficionados y el rendimiento en el campo son lo más importante. Pero en el fútbol moderno, la realidad económica también juega un papel crucial. El FC Cartagena, ahora más que nunca, deberá encontrar un equilibrio entre su ambición deportiva y la gestión financiera responsable.


El camino para superar esta deuda de 7,6 millones de euros será largo y complicado, pero con una dirección firme, la colaboración de la plantilla y el respaldo de la afición, el club cartagenero buscará dejar atrás esta pesada losa económica y seguir creciendo, tanto en lo deportivo como en lo institucional.


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